Del vacío industrial al tejido vivo
"La propuesta parte de la idea de transformar la zona industrial en un lugar lleno de cultura, que sea sostenible y en el que haya espacio para el encuentro. Específicamente se trabajó en la calle 17 con carrera 33. Se busca reutilizar las edificaciones existentes, dándoles un nuevo uso a las antiguas estructuras para convertirlas en escenarios culturales y artísticos. Los antiguos silos industriales se reinterpretan como lienzos urbanos y aparecen nuevas edificaciones de vivienda al interior de las manzanas de altura y densidad moderada.
Las fachadas de antiguos espacios industriales se abren hacia la calle, convirtiéndose en cafés, restaurantes y espacios de escala barrial donde la actividad de primer piso genera vitalidad urbana y promueve el encuentro ciudadano.
La intervención propone un nuevo perfil vial verde y sostenible, donde se prioriza al peatón y la bicicleta a través de ciclorrutas seguras y accesibles, integradas con corredores arborizados y principios de SUDS, que permiten reutilizar y filtrar el agua de lluvia, aportando sostenibilidad y resiliencia frente al cambio climático.
Además, se incorporan pérgolas y cubiertas ligeras que protegen y amplían el espacio público, facilitando su uso para el comercio, eventos artísticos y actividades comunitarias.
El impacto de esta propuesta es un territorio que deja atrás su carácter cerrado, industrial para convertirse en un distrito vivo, verde y cultural, que no solo atrae visitantes, sino que mejora la calidad de vida de quienes habitan y trabajan en ZIBo."